Skip to main content

Permanecía erguido, en un campo de apariencia calma, a lo lejos la brisa humedecía sus verdes hojas, rebozantes de vida y savia. Desde el romper la tierra con el impulso de su insistencia, hasta salvar su historia de pisotones y otras amenazas, cuando no era visible mas que para si mismo, generaron el orgullo que ostenta en la estructura que lo yergue ante quien sea, con la humildad de saberse servidor del cielo y suelo.

Quien alguna vez pudo pisarlo, no vivió los suficiente para poder ahora escalarlo.  Llevó mas de un siglo de paciente espera, alcanzar la atención del mundo.

A la distancia la silueta trasciende el paisaje, al acercarse las cicatrices de corteza explican las batallas y el porque de su altivez.  Gigante antes sus congeneres y otras especies, diminuto ante la madre naturaleza, la Secuoya Gigante, conocida como El Presidente (el segundo mas grande hoy conocido por el hombre), mantiene su espera centenaria, un día a la vez, con la humildad de entender que existen  fuerzas superiores, que si vuelcan su ira, pueden terminar su existencia, cual si fuera un simple arbusto.

Gustavo Adolfo Monroy

Author Gustavo Adolfo Monroy

More posts by Gustavo Adolfo Monroy

Leave a Reply