Hace un par de días, confirmé que el mundo público de las letras y yo estamos todavía a una distancia larga. Sin embargo no importa lo lejos, o el cansancio, o robarle al tiempo minutos que luego cobra, cuando la pasión por lo que se hace es suficientemente fuerte.
Tengo un mundo, mio sólo, que no comparto con nadie, ni siquiera con los pocos que habitan en él, porque ellos no podrían verlo a través de la perspectiva que yo poseo, pues mi mirada es egoista, ninguno que no sea yo la puede tener, pero lo que ve, nunca piensa en si, sino en ellos.
Los amo, los necesito y siento que ellos a mi. A un lado, en una esquina hay una pequeña pasión que nació, intenta crecer y ser vista antes que su ciclo se cumpla. No es fácil, pero después de todo, pocas cosas lo son.
Que la fuerza me persiga, que la vida me acompañe al menos por varios años, los suficientes para ver mi mundo maduro y que el día de hoy no muera sin que reviva mi esperanza y pueda finalizar diciendo que fantastico día el que pude hoy vivir.