Hay ciegos capaces de ver con mas claridad que quienes tenemos vista, mudos que se hacen escuchar con mas fuerza que cualquier voz.
Entre trinos lejanos y mucho por hacer, transcurre el tiempo con el arrullo del arroyo. Roedores de dientes afilados, forrados en piel y siempre en faena, usando dentadura cual cincel, esculpen el entorno que les rodea.
Rodeados también de peligros, con corazón noble y voluntad férrea coexisten con la naturaleza de forma plena, siendo quienes son, agrupándose y haciendo equipo, pensando en los demás pues un coletazo alerta a quienes sean capaces de escuchar sobre el peligro inminente.
Los humanos los cazan, otros depredadores también, su defensa no es el ataque, sino la prevención, con anticipación y sin violencia, viven su vida sin cambios, conservando su esencia realizan sus obras sin excusa alguna.
¡Pelean con sus armas y no se rinden jamás!, hoy brindo por el cantar de los castores, quienes sin tener voz, esparcen su grito y suena en mi corazón como un canto glorioso, después de todo no es lo mismo hablar y comunicar, ni ver a tener visión.
¡Salud!